Situada en un paraje recóndito descubrimos en Markina-Xemein la ermita de Santa Marina de Illoro (s.XVI), popularmente llamada "Santamañe" , una joya de la arquitectura rural religiosa en madera. Es una pequeña construcción de mampostería y madera que se encuentra en un rellano rodeado de atrevidas pendientes.
Adosada a la cabecera de la iglesia se levanta su torre-campanario, uno de los más curiosos de nuestra geografía, cuyos tejados superpuestos nos recuerdan a las pagodas.
Unica en su genero, fue construida por el carpintero Domingo Gandiaga y costó, por aquel entonces, 300 reales.
No hay comentarios:
Publicar un comentario