El calero de San Justo (karobia) está situado en la barriada
Ozerinmendi de Zeanuri, en medio de un precioso robledal,
junto a la ermita en honor a los santos Justo y Pastor y a una
fuente. Bajo el robledal se extiende una amplia campa con
mesas y asadores.
El año 1996 la asociación Ipizki Taldea comenzó las labores
de reconstrucción y recuperación del calero de San Justo, que
se encontraba abandonado desde el año 1950, y lo puso en
funcionamiento bajo la dirección de Juan Arana, una de las
cuatro personas que elaboró la última hornada de cal en este
mismo lugar. Fue aquel año 1950 cuando los hermanos Juan
y Julián Arana, y Cándido y Félix Goikuria encendieron el calero
por última vez. Mientras Félix y Juan se encargaban de la
elaboración de la cal, Cándido y Julián, ayudados por una
yunta de bueyes, se responsabilizaban de acarrear la leña y la
piedra caliza junto al horno. En total fabricaron 2.000 quintales
de cal -100.000 kilos-, que fueron utilizados como abono en
las tierras de labranza de ambas familias.
Ozerinmendi de Zeanuri, en medio de un precioso robledal,
junto a la ermita en honor a los santos Justo y Pastor y a una
fuente. Bajo el robledal se extiende una amplia campa con
mesas y asadores.
El año 1996 la asociación Ipizki Taldea comenzó las labores
de reconstrucción y recuperación del calero de San Justo, que
se encontraba abandonado desde el año 1950, y lo puso en
funcionamiento bajo la dirección de Juan Arana, una de las
cuatro personas que elaboró la última hornada de cal en este
mismo lugar. Fue aquel año 1950 cuando los hermanos Juan
y Julián Arana, y Cándido y Félix Goikuria encendieron el calero
por última vez. Mientras Félix y Juan se encargaban de la
elaboración de la cal, Cándido y Julián, ayudados por una
yunta de bueyes, se responsabilizaban de acarrear la leña y la
piedra caliza junto al horno. En total fabricaron 2.000 quintales
de cal -100.000 kilos-, que fueron utilizados como abono en
las tierras de labranza de ambas familias.
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