lunes, 29 de marzo de 2010

Torre de Aranguren (Orozko)


La torre de Aranguren se levanta al borde del camino que
une Zubiaur, el núcleo principal de Orozco, con el barrio de
Ibarra y otros lugares del valle. A pesar de su discreto tamaño
es un edificio llamativo: sus arcos apuntados, sus ventanas
conopiales, su decoración… lo destacan sobre las construcciones
del entorno. Aranguren no es, pese a su nombre, una torre fuerte banderiza. No es la casa de un
guerrero, sino la de un hidalgo acomodado. Aranguren es, en realidad, un palacete rural de
clara vocación residencial.



En el piso bajo, hay un amplio portal en arco apuntado.
Su rosca está recorrida por un cordoncillo tenuemente tallado,
y en la clave luce un rudimentario escudo de los Olarte: dos
lobos pasantes ante un árbol y dos estrellas.
Pero es el primer piso el verdaderamente importante. Se
llega a él a través de un patín o escalera de piedra. Su entrada
es un nuevo arco apuntado, más pequeño que el del bajo. Y
a sus lados se abren sendas ventanas conopiales. Una es sencilla,
con alféizar moldurado y la rosca deprimida. Pero la otra es
más aparatosa. También su alféizar es moldurado, pero además
se decora con bolas y un sogueado al frente. En su rosca nuevos
cordoncillos acogen un torpe pero delicioso relieve de la Piedad.
En realidad estos vanos forman lo que podemos considerar
una galería de ventanas orientadas hacia la solana y hacia el
camino. Los dueños de la casa buscaban más luz, y con ello
más calidad de vida. Pero también querían que los caminantes
pudieran ver su magnífica casa, signo externo de su riqueza
y condición social. Comodidad, sí, pero también ostentación.

sábado, 20 de marzo de 2010

Primavera

Es Primavera!!.
Paleta de colores
una vez más.

Fumaria muralis

Pulmonaria longifolia



Geranium robertianum




Stellaria holostea


Scilla verna
Cardamine pratensis

martes, 16 de marzo de 2010

Antépara de Ugalde (Orozko)

En OROZKO (Bizkaia) se encuentra la Casa-Torre de UGARTE, construida el año 1709 a unos 500 m. de Ibarra, saliendo hacia Urigoiti, y a pocos metros de la antigua "antépara" de Ugalde.
Tiene en su escudo un árbol, dos lobos empinantes, a cada lado una lanza, y sobre cada una de éstas una estrella.

La antépara es el depósito de agua que alimenta la ruedas y turbinas de los ingenios hidráulicos en las instalaciones de ferrerías y molinos. En ella acaba el canal que viene de la presa y se sitúan los chimbos o llaves que dan paso al agua para que descargue sobre la correspondiente rueda o turbina. La antépara, proporciona caudal y presión de agua, aumentando la fuerza y el rendimiento de la instalación. Siempre tiene un aliviadero por donde desborda el agua sobrante.

lunes, 1 de marzo de 2010

Tiempo de narcisos


Comienza Marzo.
Es tiempo de narcisos,
y a mi me encantan.

Pobre Narciso !!.


Pobre Narciso !!.
Se perdió tu belleza
en aquel lago.
La leyenda. Narciso era un hermoso joven que todos los días iba a contemplar su propia belleza en un lago.Estaba tan fascinado consigo mismo que un día se cayó dentro del lago y se murió ahogado. En el lugar donde cayo nació una flor, a la que llamaron narciso.
Pero no es así como Oscar Wilde acaba la historia.
El decía que, cuando Narciso murió, llegaron las Oréades –diosas del bosque- y vieron el lago transformado, de un lago de agua dulce que era, en un cántaro de lagrimas saladas.
-¿Por qué lloras? –le preguntaron las Oréades.
-Lloro por Narciso –repuso el lago
-¡Ah, no nos asombra que llores por Narciso! –prosiguieron ellas-.Al fin y al cabo, a pesar de que nosotras siempre corríamos tras él por el bosque, tú eras el único que tenia la oportunidad de contemplar de cerca su belleza.
-¿Pero narciso era bello? –pregunto el lago.
-¿Quién si no tu podría saberlo? –respondieron, sorprendidas, las Oréades-. En definitiva, era en tus márgenes donde él se inclinaba para contemplarse todos los días.
El lago permaneció en silencio unos instantes.
Finalmente dijo:-Yo lloro por Narciso, pero nunca me di cuenta de que Narciso fuera bello.-Lloro por Narciso porque cada vez que él se inclinaba sobre mi orilla yo podía ver, en el fondo de sus ojos, reflejada mi propia belleza.

Cabizbajos


Viento en el monte.
Se inclinan hacia abajo
varios narcisos.

Abandonada


Nadie se acerca
a ésta vieja casa.
Todo está en calma.

La puerta


Por sus rendijas
deja que el viento pase,
la vieja puerta.