martes, 10 de julio de 2012

Conil de la Frontera


Calas de La Roche

Conil es sinónimo de sol, de playa y de diversión.

Considerado uno de los puntos más atractivos de la costa andaluza, Conil ofrece playas interminables, aguas limpias, destacada gastronomía y mucho ocio para todas las edades.

Confortel Calas de Conil



No están claros los orígenes históricos de Conil, al parecer ya hubo asentamientos prehistóricos de tipo nómada, como ha podido argumentarse gracias a los fósiles hallados.

No obstante estos núcleos eventuales, su fundación se remonta al año 1500 a.C., en que se produjeron los primeros asentamientos fenicios.
Estos crearon almadrabas y pesquerías. Cuando los romanos y visigodos se instalaron en ella, su puerto fue uno de los más importantes de la zona. Más tarde, con la llegada de los musulmanes, pasó a depender de la vecina Vejer de la Frontera. Alfonso X el Sabio la conquistó, conviviendo en ella musulmanes y cristianos conjuntamente.


En 1299, el rey Fernando IV concede a Alonso Pérez de Guzmán la entonces aldea conileña para que la repoblara y fortaleciera, colaborando en su nuevo auge. Fue en estos tiempos cuando el pueblo pasó a llamarse Torre de Guzmán, debido a la torre que, para defender la ciudad en caso de ataque, construyeron bajo su nombre.


A pesar de las epidemias de peste y otras enfermedades que sufrió el pueblo en los años posteriores, las almadrabas servían a los habitantes como base de su economía.

Documental sobre las almadrabas (pincha aquí)


La almadraba es un arte para la pesca del atún, la más simple de las cuales consiste en situar dos barcos a cierta distancia entre los que se cala una red somera sujetada con un palangre en la que se recogen los peces, atunes y otros que puedan llegar. Gracias a que hasta que se suben al barco siguen vivos, en el acto se pueden seleccionar y descartar las piezas pequeñas o inútiles. Entre los barcos y sobre la red bajan los pescadores más experimentados que se dedican a seleccionar los atunes que pueden pesar unos 200 kilos. La pieza elegida es desangrada y luego sus compañeros sobre el barco le clavan arpones y entre tres o cuatro hombres es subido a bordo, esto se repite con cada pieza. Una vez extraidos (pescados) los atunes se sigue con las especies de menos porte.



Ya en el s. XVIII , las almadrabas comienzan a decaer, aunque no por ello la economía, que comienza a sostenerse gracias a la agricultura y la ganadería. A mediados de este siglo, una serie de disputas debida a la presión fiscal a la que los propietarios de tierras y los aldeanos vuelve a turbar la paz de Conil. Estos problemas tanto de territorios como de dinero son los que hacen caer la popularidad del pueblo en picado, a lo que se sumó la ocupación napoleónica de principios del siglo XIX. El pueblo, que por aquellos entonces tenía un sentimiento antiseñorial, creó al Síndico Personero, una especie de defensor del pueblo gracias al cual los municipios de la zona pudieron enfrentarse a los señores propietarios de las tierras.

 
Durante el siglo XX, el turismo, en muchísima menor medida que la actual, comienza a hacer mella en la localidad, debido a que familias sevillanas comienzan a marchar de veraneo por esta zona a darse baños de aguas medicinales. Desde los años 60, Conil ha tenido un auge turístico debido al cual este es el sector por el cual se ha sustentado el pueblo en estos últimos años.



Tortilla de camarones

El pescado frito o pescaíto frito (según la forma dialectal andaluza), es un plato tradicional del litoral mediterráneo, siendo típico de chiringuitos, bares y terrazas.

Se elabora rebozando el pescado en harina de almorta o trigo, friéndolo en aceite de oliva y espolvoreándolo con sal como único condimento. Se suele servir caliente, recién frito y envuelto en papel de estraza. Puede tomarse como aperitivo, por ejemplo con una cerveza o vino, o bien como entrante o primer plato.








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