jueves, 5 de julio de 2012

Arcos de la Frontera



Situado en una posición central a mitad de camino entre la campiña y la serraní­a su término municipal, que presenta paisajes de ambos tipos está atravesado por el rí­o Guadalete y Majaceite. En el primero se forman los Embalses de Bornos y de Arcos, ambos declarados Parajes Naturales, por su valor como zonas húmedas.



Otra parte del municipio se encuentra incluida en el Parque Natural de los Alcornocales. La ciudad, ubicada sobre una peña, cortada por un impresionante tajo hacia el rí­o, desde donde se domina una espléndida panorámica, tiene su origen en la época musulmana.

Pintores, escultores, fotógrafos, escritores, buenos cantaores y guitarristas han nacido en este suelo o se han afincado aquí, no en vano se le ha llamado en repetidas ocasiones la "ciudad de los poetas".


Como quiera que sea, Arcos es una ciudad que merece la pena visitar despacio, descubrir sin prisas, penetrando en sus laberínticas callejuelas, en sus empinadas cuestas para recibir el regalo de un atardecer desde algún mirador, o escuchar el armonioso sonido de sus campanas, curiosear sus patios y sus edificios tan representativos de la arquitectura vernácula en la Baja Andalucía, asistir a alguna de sus fiestas típicas y sobre todo deleitarse con la plenitud de la primavera en su Semana Santa, declarada de interés turístico.


En definitiva, el valor esencial de una ciudad como Arcos de la Frontera es la viva referencia de su pasado, tanto como en sus manifestaciones humanas, a pesar de que la realidad que la hizo posible haya desaparecido, porque la memoria histórica, las tradiciones, y las piedra permanecen desafiantes mientras pasan los hombres.





En la actualidad, declarada Monumento Histórico-Artí­stico, se divide en dos barrios. Su entramado de calles empinadas, estrechas y tortuosas y la multitud de rincones y monumentos de gran belleza que posee hacen de esta población un conjunto de excepcional belleza, en el que destacan el Castillo, la Iglesia de Santa Marí­a de la Asunción y la Iglesia de San Pedro.





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