viernes, 25 de marzo de 2011

Huevos fritos trufados

El otro día nos llegó a casa un obsequio de mis cuñados Ana y Koldo que habían adquirido en un reciente viaje por tierras de Soria. Me llamó la atención. Un bote de cristal hermético y en su interior huevos de gallina y una "cosa" negra. Esa cosa era ni más ni menos que una trufa negra ( Tuber melanosporum). La porosidad de la cáscara permite la entrada del intenso aroma de la trufa proporcionándole su característico sabor. No conocía yo éste invento. 


Pero conozcamos un poco las bondades de tan delicioso manjar.
Trufa negra (Tuber melanosporum)

La trufa negra conocida también como trufa de Perigord o el "diamante negro" es muy apreciada en la gastronomía y de gran valor económico. He leído por ahí que se ha llegado a pagar 60.000 pesetas el kg.
Su hábitat natural son los bosques del sur de Francia, Italia y España. Viven bajo tierra, en simbiosis con las raíces de los robles, avellanos o nogales. Se reproducen en la primavera, apareciendo entonces como pequeñas pelotas, que luego en el verano y otoño, se hinchan y maduran, llegando al tamaño de una pelota de golf. Mide entre 3 a 7 cm. y un peso entre 20 y 200 gramos, aunque excepcionalmente pueden superar el medio kilo.



Su aspecto recuerda al de una patata, de forma irregular, con unas "verrugas" poco profundas. Su color es negro-violáceo, con venas blancas, cuando ha llegado a su completa madurez. Como su nombre indica, la madurez llega en invierno. "Las trufas están realmente buenas después de la Navidad. Dejemos pues a los maestrillos ignorantes, a los glotones imberbes, a los paladares sin experiencia, la pequeña gloria de comer las primeras" dijo alguien.
Se recolecta en el invierno, utilizándose perros adiestrados y el denominado machete trufero. Antiguamente se utilizaban cerdos.
Es bastante complicado definir el aroma y sabor de la trufa negra, sin haberla probado. Los especialistas aseguran que no hay una trufa igual a otra. Principales factores influyentes son: hábitat, clima y cantidad de lluvia caída durante su desarrollo, y esencialmente el árbol al cual estuvo adherida. J. L. Vaudoyer escribió "Hay dos razas de comedores de trufas: una que cree que son buenas porque son caras, y otra que sabe que son caras porque son buenas".

Sistema de reproducción : Ver aquí . (Curioso lo de las encinas micorrizadas.)

Y, como de degustarlos se trata, ahí va la receta.



...y arriba el que me acabo de comer.

Conclusión : El aroma de la trufa parece fuerte en un principio, al menos para mi que no estoy acostumbrado a muchas especias; pero el sabor es...hummm...voy a freirme otro !!.

Gracias Ana, gracias Koldo.

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