jueves, 3 de junio de 2010

Sareginak o rederas


A pesar de no trabajar en contacto con el fondo marino, las redes de cerco suelen sufrir roturas en los paños debidas a corrientes fuertes, maniobras incorrectas al largar o virar el aparejo o reventones de la red provocados por la gran cantidad de pescado.
Si estas roturas son pequeños agujeros pueden ser reparadas a bordo de los propios barcos. Cuando son roturas mayores, la escasez de espacio a bordo de los barcos imposibilita su reparación, por lo que suelen ser transportadas a puerto donde los grupos de rederas (sareginak) efectúan las reparaciones.
La reparación que realizan las rederas es completamente manual, sentadas sobre pequeñas banquetas colocadas encima de la red en incómodas posturas, acercando el paño hasta sus manos y pasando una pequeña aguja con hilo entre las mallas de ambos extremos de la rotura. Frecuentemente realizan esta labor a pie de muelle, bajo las inclemencias meteorológicas.
El colectivo de rederas de los puertos vascos está formado en su totalidad por mujeres, buena parte de las cuales trabaja en las mismas condiciones en cuanto a confort laboral que a mediados del siglo pasado. Por otra parte, el salario de las rederas es bajo, no disponen de un horario fijo de trabajo ni de una previsión de la carga de trabajo, lo que imposibilita prever los ingresos mensuales. En definitiva, es un oficio poco agradecido.

Ante esta situación, este oficio formado en su totalidad por mujeres, no cuenta en la actualidad con un relevo generacional claro, siendo la mayor parte de ellas de una edad avanzada, en muchos casos próxima a la jubilación.

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