La preciosista escena de un torneo o combate entre dos caballeros en el capitel del palacio de los Reyes de Navarra de Lizarra (Estella) invade nuestra curiosidad. Unas inscripciones incisas más abajo, en el ábaco, nos aclara la identidad de los jinetes; son Roldán, el lugarteniente de Carlomagno, y Ferragut, el gigante sirio, familiar de Goliat.
Desde sus caballerías entrecruzan sus lanzas. Ferragut clava la suya en el escudo con cruz de Roldán. La lanza se rompe en el intento. Mientras, el héroe cristiano vence al musulmán incrustando la lanza en el único punto débil de su anatomía: el ombligo.
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