El curandero...y otras hierbas
El mercadillo medieval, con su olor a carne asada, a hogazas de pan recién sacadas del horno, a perfumes destilados en el viejo alambique o a las mil y una semillas de los herbolarios, te hace retroceder en el tiempo unos cuantos siglos.
Suena la música en las calles adornadas con pendones. Baila el bufón alrededor del encantador de serpientes, mientras los artesanos, voz en grito, anuncian a los cuatro vientos las bondades de su mercadería.
Ríen felices los niños en el tío-vivo; más allá, los caballeros y sus escuderos preparan las armas que utilizarán en las justas, al atardecer. El platero, cariacontecido, espera con resignación la llegada de algún cliente. La crisis es evidente.
Mercado Medieval de Etxebarri
(5/6/2011)
No hay comentarios:
Publicar un comentario