El edificio cuenta con la peculiaridad de que es apenas perceptible desde el exterior, gracias a una sutil e ingeniosa maniobra de camuflaje que consiste en esconder su estructura bajo una pesada piel de piedra que lo mimetiza completamente con el entorno.
Tras acceder al interior por un pasillo serpenteante nos encontramos con dos grandes espacios abovedados donde se sitúan dos amplios ventanales de cristal - los ojos del Mirador- que permiten contemplar las extraordinarias vistas desde una posición privilegiada.
En los días claros y despejados podemos divisar los islotes que componen el Parque Natural del Archipiélago Chinijo: en primer lugar encontramos la isla de La Graciosa, detrás de ésta Montaña Clara y el Roque del Oeste y al fondo, Alegranza. El estrecho brazo de mar que nos separa de los islotes se denomina "El Río" y da nombre a este Mirador.
También desde aquí se aprecian la base del risco de Famara y las Salinas del Río o de Guza, que destacan por sus colores rojizos y por ser las salinas más antiguas de la Isla.
2 comentarios:
Esa isla es encantadora. Fuísteis? espero impaciente su entrada.
Nos conformamos con verla de lejos, y es preciosa. En una semana no nos dio tiempo a ver todo Lanzarote, y eso que no paramos apenas.
Saludos.
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