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martes, 17 de agosto de 2010
lunes, 16 de agosto de 2010
Laño



Bañada por el río Barrunta, en el valle del río Ayuda, afluente del Ebro por su margen izquierda, junto a las localidades de Bajauri, Mesanza , Fuidio y Albaina . Linda al sur con la provincia de Álava.
Antes de la creación de los ayuntamientos constitucionales estaba incluida en la Cuadrilla del Río Somayuda.
A la entrada de la iglesia parroquial de la Asunción de Nuestra Señora vemos la fuente de los tres caños con una placa que dice: "Se construyó siendo alcalde Braulio Lagrán. Año 1883".
Como Patrimonio de ésta pequeña pedanía podemos destacar su arquitectura popular, el importante conjunto eremítico de Las Gobas y Santorkaria, motico de Charratu y yacimientos de huesos y nidos de dinosaurios.
Cuevas de Laño



Son muchas las cuevas artificiales de la provincia de Alava y zonas limítrofes, más de 127 según diversas fuentes. Están consideradas las manifestaciones paleocristianas más antiguas de Euskal Herria y posiblemente el mayor conjunto de estas características en Europa.
En todo el Condado de Treviño encontramos numerosas cuevas eremiticas pero serán las de Laño, con dos conjuntos arqueológicos, Las Gobas y Santorkaria los que llaman nuestra atención.
La "Capadocia" alavesa está formada por un conjunto de pueblos trogloditas cincelados por eremitas ascetas entre los siglos V-VII.
Los eremitas que las habitaron, posiblemente eran monjes que huían de la ocupación árabe y, sobre todo, del lujo de la iglesia oficial.
Las cuevas se labraban creando habitáculos, capillas y salas de reunión. Numerosos arcos visigóticos las adornaban y buena parte de las mismas cuentan con tumbas antropomorfas.
La otra Capadocia



Existe un agujero negro en la historia del que se sabe muy poco, el período comprendido entre el siglo V y el VIII, la época posterior a la caída de Imperio Romano. Uno de los fenómenos que nos pueden ayudar a comprender ese momento de oscuridad es el eremitismo. Se trata de una corriente de duro ascetismo, propugnado por un obispo hispano, Prisciliano (siglo IV), que se convirtió en el primer hereje ajusticiado por un tribunal eclesiástico. Sus ideas de rechazo de la unión de la Iglesia con el estado imperial se extendieron por todas partes, pero fue en el Norte Peninsular donde han pervivido. Los priscilianos buscaban la perfección cristiana en la soledad, en lugares recónditos y de difícil acceso.
Esas son las características del pequeño valle de Laño, en el término municipal de Treviño, una de las principales concentraciones de cuevas rupestres de la Península. Separadas por un río y la carretera que conduce a la aldea del mismo nombre, las Gobas –goba en euskera es cueva– fueron excavadas en roca caliza, muy fácil de trabajar. Sendos caminos marcados permiten visitarlas y descubrir su magia en los sencillos habitáculos donde aquellos monjes vivieron y rezaron con radicalidad monástica. El enclave transmite la energía de los mundos perdidos y una gran paz.
Esas son las características del pequeño valle de Laño, en el término municipal de Treviño, una de las principales concentraciones de cuevas rupestres de la Península. Separadas por un río y la carretera que conduce a la aldea del mismo nombre, las Gobas –goba en euskera es cueva– fueron excavadas en roca caliza, muy fácil de trabajar. Sendos caminos marcados permiten visitarlas y descubrir su magia en los sencillos habitáculos donde aquellos monjes vivieron y rezaron con radicalidad monástica. El enclave transmite la energía de los mundos perdidos y una gran paz.
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